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Asesinos Argentinos: La historia del Petiso Orejudo

La historia de este sociópata que te dejará con la piel de gallina.

Imagen de cosecharoja.org

Cayetano Santos Godino, más conocido como el “petiso orejudo”, nació el 31 de Octubre de 1896 en Buenos Aires, Argentina.

En su infancia vivió en un conventillo junto a sus padres, quienes llegaron a Argentina desde Italia en busca de mejor trabajo y futuro pero no lo consiguieron ya que les era difícil salir de la pobreza porque cada vez tenían más hijos (10 en total).

La infancia de Cayetano Santos Godino fue bastante nefasta porque, además de la pobreza, sufría violencia física de parte de su padre y de su hermano.

Con el tiempo, el petiso orejudo empezó a mostrar actitudes que demostraban que algo en él no andaba bien.

Desde su nacimiento su vida fue complicada. Su padre contrajo sífilis antes de concebirlo, lo que provocó en Cayetano problemas de salud que lo tuvieron al borde de la muerte en varias ocasiones, y serios problemas mentales. Escondía cierto tipo de maldad que fue brotando en un corto lapso de tiempo. La mayoría de sus crímenes fueron entre 1904 y 1907, entre sus 7 y 10 años.

Siendo chico, Godino arrancaba la cabeza a los patos y dejaba los cuerpos en el lago, algo claramente anormal que aún no se entiende por qué no sorprendió a su familia ni hicieron algo al respecto.

Su apodo, el petiso orejudo, viene por su apariencia. Cayetano tenía unas orejas muy grandes que luego serían examinadas porque se creía que podían ser el centro de su maldad, una rara teoría de la época que llevó incluso a operarlo.

Sus primeras víctimas no fueron fatales y tenían entre 1 y 3 años. Su primera víctima conocida fue Miguel de Paoli de 23 meses de edad. Fue engañado por Godino para que lo acompañase a un terreno baldío donde comenzó a golpearlo en la cabeza, afortunadamente un policía vio lo que estaba sucediendo y logró detenerlo. Por la corta edad de Godino (7 años) no se pensó que volvería a hacer algo parecido por lo cual fueron llevados cada uno a sus respectivos hogares.

Meses después, su segunda víctima fue Ana Neri de 18 meses quien, al igual que su primera víctima, fue engañada para llevarla a un terreno baldío y golpearla en la cabeza pero esta vez directamente con una piedra. Nuevamente, policías lo detuvieron pero esta vez fue llevado a la comisaría. Fue liberado por ser demasiado joven.

En 1906, a sus 9 años comete su primer asesinato del cual se supo cuando lo confesó años después. La víctima fatal fue María Rosa Face de tan solo 3 años de edad. Con su mismo procedimiento, la llevó a un terreno baldío, la estranguló y la enterró viva.

Cayetano nunca presentó remordimiento por sus actos ni empatía por sus víctimas.

Sus padres ya conscientes de lo que estaba sucediendo fueron con la policía y dejaron asentada su denuncia:

“Fiore Godino, italiano, de 42 años de edad, con 18 de residencia en el país, casado, farolero y domiciliado en la calle 24 de Noviembre 623. Enseguida expresó: que tenía un hijo llamado Cayetano, argentino, de 9 años y 5 meses, el cual es absolutamente rebelde a la represión paternal, resultando que molesta a todos los vecinos, arrojándoles cascotes o injuriándolos; que deseando corregirlo en alguna forma, recurre a esta Policía para que lo recluya donde crea oportuno y para el tiempo que quiera”.

Los padres de Cayetano, además, encontraron un pájaro muerto en sus zapatos y aves muertas escondidas debajo de su cama. Motivos suficientes para que piensen en profundidad acerca de la salud mental de Cayetano.

Tras la denuncia de su padre, pusieron a Cayetano 2 meses en la cárcel. Al salir en libertad recorría las calles buscando algo que hacer, algo que quemar o algo que matar.

Los últimos intentos de asesinatos los cometió en 1908. Severino González Caló de 2 años, fue llevado por Godino a una bodega abandonada donde intentó ahogarlo. Con fortuna, el dueño de la bodega lo vio y frenó el ataque. Días después, le quemó los párpados a un niño llamado Julio Botte.

Nuevamente, sus padres lo entregan a la Policía a la espera de que hicieran algo al respecto. Godino fue llevado a un reformatorio en Marcos Paz donde pasaría 3 años.

Imposible de corregir, una vez fuera cometió una serie de actos delictivos en 1912.

La primera víctima fatal fue Arturo Laurora, de 13 años, su cuerpo fue encontrado golpeado y con un pedazo de cuerda alrededor del cuello.

La siguiente fue Reina Bonita Vainicoff, de 5 años, a quien Godino prendió fuego y falleció luego de 2 semanas padeciendo las graves quemaduras.

Durante mucho tiempo, los crímenes de Godino siguieron impunes hasta que se dio el caso de Jesualdo Giordano, de 3 años. Godino llevó a Jesualdo a comprar caramelos para persuadirlo y llevarlo a un sitio vacío donde comenzó a ahorcarlo y morderlo demostrando que no solo buscaba matarlo sino también torturarlo.

Dejando a Jesualdo, salió a buscar un arma final con la cual terminar de matarlo. En este momento ocurre un hecho curioso, Godino se encuentra con el padre de Jesualdo quien le pregunta si lo había visto ya que estaba buscándolo a lo que respondió que no lo había visto en todo el día. El padre de Jesualdo creyó en las palabras de Godino por lo que fue a la Policía a hacer la denuncia de la desaparición de su hijo.

Finalmente, Godino regresó por Jesualdo con un clavo de 4 pulgadas oxidado y lo utilizó para clavárselo en la cabeza junto con una piedra que utilizó como martillo.

En el momento que Godino llevó a Jesualdo al almacen, una niña los vio y sirvió como testigo para confirmar que Godino fue el asesino y lo arrestaron.

Finalmente, Godino al ser detenido confiesa todos sus crímenes. En principio se lo trató como paciente psiquiátrico llevándolo a un instituto donde tratarlo pero atacaba a otros pacientes, por lo cual se determinó trasladarlo a una cárcel por tiempo indeterminado hasta encontrar un lugar adecuado.

Luego de exámenes que le realizaron, se confirmaron 27 heridas de gravedad que posiblemente fueron todas infringidas por su padre.

Finalmente, fue llevado al penal de Ushuaia conocido como la Cárcel del Fin del Mundo de la cual era imposible huir ya que se encontraba en una isla.

Es en este lugar que Godino pasa el resto de sus días hasta que en 1944, a los 50 años muere de manera dudosa.

Existen dos teorías acerca de su muerte. La oficial es que murió de una hemorragia interna debida a una úlcera y la otra teoría es que murió en mano de otros reclusos después de haber matado al gato de la cárcel.

Años después de su muerte, un doctor llamado John Clark fue a Ushuaia para realizar estudios a su cuerpo para confirmar su teoría de la frenología, una ciencia que se basa en el estudio de la mente y del carácter por la forma del cráneo. Para confirmar esta teoría, Clark necesitaba examinar el cráneo de Cayetano pero cuando empezaron a cavar en el cementerio donde lo habían enterrado se descubrió que su cuerpo no estaba. Tras las quejas de Clark, el comisario Jorge Duarte confiesa haber desarticulado y vendido los huesos de Cayetano a coleccionistas de curiosidades.

En el tiempo que estuvo en la cárcel de Ushuaia, fue utilizado sexual y físicamente por otros reclusos.

Cayetano Santos Godino es uno de los asesinos argentinos más conocidos y más jóvenes dentro de la historia argentina.